Alejandro Giammattei
Alejandro Giammattei ganó el domingo la presidencia de Guatemala tras una campaña marcada por promesas de combatir la pobreza y la violencia que disparan la migración.
El candidato del conservador partido Vamos fue el vencedor en las elecciones celebradas en el país centroamericano tras imponerse en segunda vuelta con cerca del 59% de los votos a Sandra Torres, candidata de la formación UNE y primera dama durante el gobierno de su exmarido Álvaro Colom (2008-2012) que obtuvo cerca del 40%.
«Me llevaron a la cárcel, estuve en el hospital, tantas cosas que me hicieron vivir; sin embargo, el momento de Dios llegó y vamos a luchar por la construcción de esa Guatemala diferente», dijo este domingo tras conocer los resultados.
Giammattei, de 63 años y quien se moviliza con muletas por una esclerosis múltiple desde hace años, rompió con una tradición de las últimas tres décadas de democracia en el país: que el ganador en primera vuelta repetía victoria en la segunda ronda.
Alejandro Giammattei celebra su victoria este domingo en Guatemala. Esteban Biba (efe) / epv (reuters)
El conservador Alejandro Giammattei será el nuevo presidente de Guatemala al ganar por goleada las elecciones de este domingo en las que obtuvo el 58,1% de los votos. La ex primera dama Sandra Torres quedó muy lejos al obtener el 41,8% de los sufragios.
Giammattei, de 63 años, logró triplicar los apoyos obtenidos en la primera vuelta y obtuvo 1.900.000 votos frente a los casi 1.350.000 de Torres. Giammattei, un exjefe de prisiones que intentaba por cuarta vez el asalto a la presidencia, se aprovechó del fuerte voto negativo que acumula la exprimera dama para barrer principalmente en las ciudades.
El nuevo mandatario, considerado el heredero político de Jimmy Morales, asumirá el poder en enero de 2020 cuando reemplace al actual mandatario, uno de los presidentes con la tasa de popularidad más baja del continente. Con un discurso conservador en lo social y liberal en lo económico su programa está centrado en la seguridad y en la reactivación económica que ha completado con un sinfín de programas sociales incorporados a última hora.
Sin embargo, la jornada de votación fue un funeral sin emoción democrática ni colas frente a los colegios electorales. El otro ganador de la jornada fue la abstención. Con una participación del 42% el nuevo mandatario resultó elegido con menos de dos millones de votos sobre un padrón de más de ocho. En ese contexto de hartazgo y enojo hacia la clase política y hacia un sistema que dejó fuera a algunos de los candidatos más populares con distintas artimañas, tendrá que asumir el poder con el objetivo de “transformar el país”.
“Yo no voy a ser el primer mandatario sino el primer servidor de la nación. No vamos a ser los gobernantes perfectos, pero vamos a ser los gobernantes correctos para transformar el país” dijo en sus primeras palabras ante sus simpatizantes. Una intervención en la que no hizo ni una sola referencia a la pírrica legitimidad con la que llega al poder, de hecho, Giammattei obtuvo un millón de votos menos que Morales hace cuatro años.